domingo, abril 08, 2007

300 o Oprobio obliga

Artículo sacado del diario adn:

Gunther Grass reconoció hace unos meses que, como casi todos los adolescentes ambiciosos de la Alemania de los años 30y 40, mantuvo vínculos con las SS. Se sopechaba: lo negaba con demasiada vehemencia. El poema en que habla de ello, Oprobio obliga, cuenta la cobardía arrastrada durante años, y la busqueda por darle nombre a un sentimiento que, como alemán y como hombre, le estaba prohibido: la vergüenza.
La presión sobre niños y padres que obedecieran a un espíritu castrense, deshumanizado y autoritario llegaba a la pena de muerte. Durante los últimos momentos de la guerra mundial muchos fueron los soldados-niño que reemplazaron a los adultos en la acciones más osadas de que hizo Hitler. Se enseñaba a los niños a que dieran su vida y voluntad por su patria. A las niñas, a que donaran hijos. Era una sociedad cruel y dictaorial, y por supuesto, obedecida.
Si no somos hipócritas, no puede resultar tan complicado de comprender. La película que arrasa en la taquilla desde hace unos días, 300, se basa en los mismos principios que alentaron a los nazis en su idea de sociedad: eugenesia incluida. Miller, el autor del cómic original, no coulta su fascinación por los espartanos y su disciplina, ni tampoco los rostros de los espectadores en las salas. El mismo horror del que se arrepiente Grass toma torso y nombre en los soldados de las Termópilas. Y entusiasma. Y se compra. Y se descarga de internet. Lo uúnico que cambia es la excusa.
Como Grass, a veces también me avergüenzo.

6 comentarios:

Karnaugh dijo...

No entiendo como muchos críticos están empeñados en buscar connotaciones políticas en una película que es claramente un entretenimiento.

Anónimo dijo...

El problema no es que busquen connotaciones políticas, que las tiene -como todo-, sino que les den importancia. Los críticos necesitan constantemente valorar el trabajo que tienen y hacerse oír, son personas inseguras por naturaleza que viven en una sociedad en la que no caen muy bien al público del que dependen para vivir. Como los abogados xD

hibiki13 dijo...

Ehm, ¿owned?

En este instante estás siendo crítico y en tu ultima entrada de tu blog haces de crítico con el último disco de NIN, osea que te has descrito a tí tambien en el comentario...

hibiki13 dijo...

AHm en ningún momento opino sobre el artículo ;)

Avalon dijo...

Por supuesto que me describo a mi, con la salvedad de que yo no dependo de mis críticas para vivir xD

Ñbrevu dijo...

Despolitizar los productos de entretenimiento es una peligrosa falacia. Los productos de entretenimiento son en general creadores de opinión (particularmente las maniqueísimas películas de este tipo); otra cosa es que a ti no te afecte, o que creas que no te afecta, pero a mucha gente sí, y te podría dar una lista con nombres y apellidos.

No he visto la película ni me he leído el tebeo, pero sí he visto y leído cosas similares en el fondo y en la forma. No es que su única razón de ser sea presentar positivamente un modelo fascista y eugenésico, sino que ésa es una de las razones, quizá secundaria pero evidente.

El cine, y en general todo arte que se base en contar una historia, raramente es entretenimiento puro (salvo algunos videojuegos simples). Ni te cuento todo lo que se puede sacar de productos tan aparentemente basados en el entretenimiento puro como son Halo, Yo Soy la Justicia o, si me apuras, hasta el cuento de la Princesa y el Guisante. Y que conste que en alguno de estos casos estoy bastante de acuerdo con parte del mensaje de fondo.